En uno de los extremos de Barcelona, a orillas del mar Mediterráneo, se alza la montaña de Montjuic. A 173 metros sobre el nivel del mar es divisable desde casi cualquier rincón de la ciudad.
Pocas personas saben el significado de su nombre: “Monte de los judíos”. Se debe a que en esta zona se encontraba en el siglo XIV un gran cementerio judío. La población barcelonesa que profesaba dicha religión era muy numerosa, hasta que fueron finalmente expulsados.
Aún conserva ciertos restos históricos que merecen visitarse para conocer el papel que jugó esta montaña en otras épocas, sin embargo, hoy en día es visitado principalmente por sus jardines y por el atractivo de haber sido Sede Olímpica.
Un castillo imponente
Visitar el castillo de Montjuic es recomendable si se quiere tener una buena perspectiva de la ciudad. Sobre el mar se divisa la inmensidad del Mediterráneo y el puerto marítimo que se encuentra a los pies de la montaña. Toda la costa se aprecia desde el castillo, así como el resto de la ciudad.
Construido inicialmente en el sigo XVII ha sufrido diversas reformas, manteniendo un buen aspecto en la actualidad. Es una pequeña fortaleza sobre la que es posible disfrutar de un agradable paseo.
Sede Olímpica
Los Juegos Olímpicos de 1992 supusieron un revulsivo para la ciudad de Barcelona y Montjuic se convirtió en uno de los escenarios. Es posible visitar el Estadio Olímpico, el Palau Sant Jordilas, las Piscinas Bernat Picornell, el INEFC y la Piscina Municipal de Montjuic, así como otras instalaciones deportivas.
Es frecuente la celebración de espectáculos, conciertos y todo tipo de celebraciones en los diferentes recinto durante todo el año.
El pueblo español
Un lugar pintoresco en el que se pueden recorrer calles y plazas típicas de España, una forma ideal de conocer el entorno en el que viven miles de personas de este país. Incluso se pueden encontrar bares y restaurantes que recrean a la perfección el ocio y la forma numerosos habitantes.
Los jardines inmensos
La visita a Montjuic no puede ser completa si no se pasea por su jardines. Hay numerosos, merece la pena descubrirlos, casi todos ellos comenzados a principios del siglo XX.
Los jardines de Joan Maragall, del Umbráculo, de Laribal, del Mirador de Migdia… Son solo algunos de ellos, es mejor no hablar de ellos: piérdete por ellos y descubre una belleza única.
Alójate en La Rambla de Barcelona y visita la montaña de Montjuic.